domingo, 31 de enero de 2010

EL CAMINO HACIA LA PEQUEÑEZ


Para navidad casi todos los años le compro un perfume a mí esposa. Siempre me parece interesante que los más caros son, por lo general, los que vienen en frascos más pequeños, el frasco grande que cuesta $ 19,99 -y que yo elegiría- sería el que no causara impresión alguna en mi dulce esposa. Nuestra pequeñez tiene un dulce aroma para Dios.
Uno de los pasajes más interesantes de la biblia nos dice que todos los creyentes tienen un aroma espiritual. Tenemos que oler como Jesús: "Sin embargo, gracias a Dios que en Cristo siempre nos lleva triunfantes y por medio de nosotros, esparce en todas partes la fragancia de su conocimiento. Porque para Dios nosotros somos el aroma de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden" (2 corintios 2:14-15).
¡Eso es lo que somos para Dios! Cuando elegimos el camino de la humildad, el servicio y el desinterés, nos hacemos valiosos ante Dios y ante el mundo... como esa pequeña botella de perfume.
Nuestra fragancia es la de Jesús. Cuando nos esforzamos por nuestros propios medios y fuerza, quizá crezcamos en tamaño, sí, pero lo único que que producimos es nuestro propio sudor espiritual. Y a nadie le gusta ser como un enorme frasco de sudor.
¿Como se sentiría usted si supiera que, cuando entra en una habitación, la gente siente que la atmósfera se vuelve más dulce, como si el aroma de Jesús hubiera entrado con usted? Este es un don maravilloso que encontramos a lo largo del camino de la pequeñez.
En los últimos años de su vida, el gran evangelista Gipsy Smith dijo:
-Jamás he perdido el asombro. Estoy convencido de que la iglesia tiene la necesidad profunda, desesperada, de recuperar el asombro y la maravilla.
cuando era pastor encontraba siempre el desafío de llevar a las personas a vivir con un Jesús real. La mayoría de los creyentes se ven sobre cogidos por las cosas que los rodean hoy, que tienden a pensar que la vida es aburrida. ¡qué tragedia! Pensamos que si logramos cosas impresionantes, tarde o temprano lograremos también impresionarnos a nosotros mismos y a Dios. No es así, porque aquél que creó el universo no se impresiona ante nuestros esfuerzos.
Si queremos impresión de verdad y vivir en la maravilla y el temor reverencial, es esencial que encontraremos esto en el camino de la pequeñez; donde podemos observar constantemente las grandes cosas que hace Dios, en lugar de obsesionarnos con nosotros mismos.

"LOS LIDERES DE BUENOS A GRANDIOSOS JAMÁS BUSCARON SER GRANDES HÉROES".

Necesitamos lo que yo llamo "la insatisfacción por el poder".
Unos vistazos del auténtico poder de Dios nos harán estar insatisfechos con todo lo que sea menos. Volveremos al asombro, a la maravilla, y seguiremos creciendo, aprendiendo, sentados con anticipación al borde del asiento.
Me encantó lo que escribió Frederick Buechner en su libro "la hambrienta oscuridad": "Los que creen en Dios nunca más podrán tener certeza acerca de Él. Porque al verlo en un establo nunca sabrán donde puede aparecer, qué cosas hará o que grado de humillación de sí mismo llegará en su busca del hombre".
¡Esa es la capacidad de asombro, de maravilla, que necesitamos recuperar! Y solamente podemos encontrarla en el camino de la pequeñez.

OPORTUNIDAD UNIVERSAL

El tema, liso y llano, es que no todas las personas pueden ser grandes. La mayoría no llegará a ser gerente, ni goleador número uno, ni gran académico con honores ni ganador del oscar. Si su meta es llegar a ser grande, casi tiene garantías de que vivirá en desilusión. Aun si logra ser grande, pocos logran seguir siéndolo. Siempre habrá una nueva estrella del deporte, un nuevo líder de negocios, la nueva cara del momento. Sin embargo, todos podemos ser pequeños.
A Jesús siempre le impresionaron más las personas pequeñas que grandes. En lucas 21 Jesús observó como daban su ofrenda los ricos, pero solamente le impresionó una mujer que dió dos monedas de cobre: "Les aseguro -dijo- que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás. Todos ellos dieron sus ofrendas de lo que sobraba; pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento" .
No todos podemos ser ricos, pero sí todos podemos hacer sacrificios. Como esa viuda de hace dos mil años, también usted podrá ser recordado por siempre. No por sus "grandes" logros, sino por su búsqueda de la pequeñez.
es un don que está disponible para todos.
Para la persona promedio el poder espiritual suena a menuda como algo místico y difícil de definir, y no como algo útil en la vida cotidiana. Sin embargo, encontré evidencia de lo contrario en un lugar sorprendente: "De bueno a grandioso", escrito por Jim Collins.
Collins escribió sobre el teme de las finanzas y los negocios.
Encabezó su estudio de compañias que habían pasado de ser buenas a grandiosas, y habían sostenido ese logro durante al menos quince años. El hallazgo más importante del estudio es que todas esas compañias de buenas a grandiosas, tenían lo que Collins dio en llamar "lideres del nivel cinco". Son lideres exactamente opuestos a lo que el mundo podría esperar de un exitoso gerente. "los lideres de buenos a grandiosos jamás buscaron ser grandes héroes".
Es decir, que habían elegido ser pequeños. Collins dice que "los líderes de nivel cinco demuestran convincente modestia, no buscan sobresalir y tienen bajo perfil". Son la personalización de "una paradójica mezcla de la humildad personal y la voluntad profesional". Se han comprometido con la excelencia en sus negocios, pero no por interés propio. se dedican al éxito de su compañia y no al éxito personal.
Tuve oportunidad de pasar cierto tiempo con Collins. Mencioné que me parecía que su libro era el mejor en su categoría, de todos los que había leído. Me dijo: Es que no es un libro sobre los negocios. Es un libro sobre la vida.
así que eso era. La evidencia empírica de que la humildad bíblica es el único camino hacia el tipo de liderazgo práctico y efectivo a la vez. No hablamos de cosas de la iglesia. Hablamos de poder en la vida real, que marca la diferencia en todo lo que hacemos, y que solo puede encontrarse en el camino de la pequeñez.
Lo tan maravilloso de elegir la pequeñez es que ya no dependemos de nuestros lastimosos esfuerzos para tener éxito. Nos hemos unido al éxito de otro.
Aunque parezca que fracasamos a los ojos de quienes nos rodean, nuestro éxito -en ultima instancia- no corre peligro. Tozer resumió el gigante viaje hacia la pequeñez de manera excelente: "Nuestro gran honor está en ser exactamente lo que fue y es Jesús. Ser aceptados por quienes lo aceptan a él, rechazados por quienes lo rechazan, amados por quienes lo aman y detestados por todos lo que lo detestan.
¿Podría haber gloria más grande para un hombre? Podemos elegir seguirlo hasta en el fracaso. Porque la fe se atreve a fracasar. La resurrección y el juicio demostrarán ante todos los mundos quién ganó y quién perdió. Podemos esperar".
¡Esto es éxito verdadero! el auténtico poder de Dios es tan grande que permanecer pequeños es solo cuestión de tener siempre esta maravillosa verdad ante los ojos y el corazón: hemos sido rescatados por la cruz. Hemos salido del sepulcro con Jesús. Podemos vivir cada momento con ese poder.

Tomado del libro: AUTENTICO PODER, por John Avant

viernes, 15 de enero de 2010

VIVIR EL EVANGELIO




Mucho hablamos y hemos escuchado acerca de poner 1º el reino de Dios y su justicia, para que todo lo demás sea añadido (Mateo 6 :33) como si el foco de este contexto fuese nuestra propia avaricia satisfecha. Este planteamiento esta viciado en cuanto al objeto y al contexto de la manera de vivir que el Padre y nuestro señor Jesucristo desea para nosotros.
SANTIAGO 4:3
Pedís y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Vemos que la palabra del Señor dice claramente que pedir para gastar en vuestros deleites es pedir mal, porqué entonces desde los púlpitos se promueve la avaricia que es un pecado equiparable a la idolatría, quizá porque es una buena manera de poner la zanahoria delante de quién va a tirar el carro que se quiere llevar.
Pero cuando vemos bien mateo 6:33 vemos claramente dos partes de este mandato, la primera nos dice que lo primero es vivir el reino de Dios, haciendo que el gobierne por medio de su hijo que es o debería ser el Señor en nuestras vidas, Él decidiendo, Él guiando y Él marcando los tiempos de nuestras vidas Él siendo el rey practicamente en nosotros como lo será en el milenio sobre toda la tierra.
Con respecto a esto no hay mayor resistencia en las iglesias, pero hay un doble discurso que confunde porque si yo digo que Él debe reinar en mi pero inmediatamente le pongo mis metas delante, aprendo sobre visionar sin esperar la visión que el me dé y con la ansiedad del mundo marco mis tiempos y no espero que las cosas maduren de acuerdo a su voluntad, simplemente le he dado el gobierno pero no el poder, esto no es el reino de Dios.
En segundo lugar mateo 6:33 nos dice que después de que Dios por medio de su hijo gobierna en nosotros estamos listos para trabajar por "su justicia" hemos sido llamados a no seguir la corriente de este mundo (Romanos 12:2) ¿cual es? avaricia, egoísmo, insensibilidad. Como podemos hablar de un seguidor de Jesucristo cuando su motivación es tener, cuando doy de lo que me sobra, cuando aún la iglesia o lo que conozco de la biblia está en función de mi bienestar el de mi familia o de mis amigos.
Cuando vemos necesidad alrededor nuestro y no somos capaces de suspender MIS prioridades para ocuparme de aquel que necesita no lo superfluo sino lo básico para vivir.
Pero el maligno es muy sutil y nos da letra para fomentar la insensibilidad, nos dice que tenemos que ocuparnos de la iglesia, que no tenemos tiempo ya que corremos detrás de la prosperidad que el mundo nos vende y como resultado en lugar de ser parte de la justicia de Dios soy un engranaje más del sistema de este mundo.
De la casa al trabajo, del trabajo a la iglesia y todo es sobre mí, aún cuando vamos a la iglesia creyendo que le hacemos un gran favor a Dios y vamos a escuchar una alabanza que nos haga sentir bien, una predica que nos sirva para tener un mejor standard de vida, estar y trabajar para mantener una reputación que nos deje bien parados.
Hasta que la iglesia no sea el lugar donde me preparo para ser y vivir como un verdadero seguidor de Jesucristo no lo soy ni lo seré, solo seguiré siendo un egolatra que se adora a sí mismo.
Salgamos del letargo el tiempo se acaba, hoy es nuestra oportunidad de ser un verdadero seguidor de quién dio la vida por nosotros.
Les recomiendo que vean este video tomense el tiempo hay vida en el, no es lo común tristemente no lo es.